Lo metafísico, por mucho que resulte atractivo, siempre cae en el cuarto oscuro de la desconfianza. Si no lo veo, no me lo creo; si no lo toco, es que no existe.
Pero, la verdad, todos sabemos que lo intangible existe.
Leyenda, tradición y actualidad relatan la historia del Reiki como una técnica milenaria de sanación natural.
Hoy de hablaré de esta sutil y, al mismo tiempo, poderosa herramienta de sanación y de crecimiento espiritual.
Tabla de contenidos
Rei 靈 – Energía universal Ki 氣 – Fuerza vital
Al parecer en la antigua Atlántida todos los niños recién nacidos recibían la alineación de sus centros energéticos. Era un hábito natural integrado en la cultura de entonces.
La alineación simplemente permitía convertirse en canales receptores y dispensadores de energía universal. Por lo tanto, todo ser vivo podía practicar esta técnica en cuanto algo natural en cada ser humano. Solo hacia falta activar el sistema.
El curso de los milenios, las catástrofes naturales, la desaparición de generaciones enteras en la tierra hizo que dicho habito o tradición se perdiera.
Fue solo en 1920 cuando un docente universitario japonés, Mikao Usui, descubrió la existencia de esta técnica la cual, gracias a él, volvió a transmitirse en el tiempo.
Pero, ¿qué es Reiki entonces?
Reiki es un método de crecimiento y desarrollo personal y sanación natural.
Esta energía se conoce en otras culturas y religiones: los indios la llaman shakti, los chinos chi; los cristianos hablan de la luz o fuerza divina, los rusos la llaman bioplasma.
Pero, independientemente de la cultura, el Reiki consiste, básicamente, en transmitir la Energía Vital Universal a través de las manos a uno mismo u otra persona o animal o planta.
Es un método terapéutico natural, fácil de aprender tras un proceso que se divide en distintas fases, el cual nos permite ser un canal transmisor de esta energía que fluye a través de nuestras manos.
Ser canal transmisor no significa que nos desprendemos de nuestra energía personal, la trasladamos y absorbemos la energía del otro, sino que actuamos como vehículo a través del cual la energía vital fluye.
El terapeuta Reiki no es un sanador sino que un canalizador de la energía vital la cual actúa sanando.
El Reiki restaura los equilibrios perdidos y por esto se un método de sanación, autoconocimiento y crecimiento personal.
El desbloqueo de nuestros centros energéticos hace que sea nuestra propia energía a colocar las cosas en su lugar y reconstituir la armonía.
El Reiki armoniza el cuerpo, la mente, las emociones facilitando el equilibrio de nuestro sistema.
Su propósito es liberar los bloqueos energéticos y equilibrar nuestra energía vital, favoreciendo el equilibrio y potenciando la capacidad auto-curativa del cuerpo humano.
Reconstruir la armonía implica un cambio, reactivar el equilibrio altera nuestro status, por lo tanto cambia nuestra visión de las cosas y la percepción sobre ellas.
Aquellas ideas preestablecidas, las respuestas automáticas frente a las situaciones cotidianas, de repente empiezan a no encajar.
Anteriormente quizás si, pero ahora ya no. La percepción y nuestra relación con el mundo ha cambiado y por tanto nuestra forma de mirarlo es diferente.
Esta en nuestras manos cambiar nuestro mundo si no nos gusta.
Es con nuestra voluntad, nuestra predisposición, nuestro pensamiento, nuestra energía que alimentamos todos nuestros actos. Las energías llaman a las energías y pensamientos nuevos atraen energías nuevas.
¿Cómo actúa el Reiki en nosotros?
Aquí algunos de los beneficios que aporta:
- Reduce progresivamente el estrés ya que produce un estado de profunda relajación, de calma mental y serenidad en el espíritu
- Ayuda a vencer el miedo, la ansiedad, la depresión
- Disminuye dolores y tensiones musculares
- Aumenta la claridad mental y la concentración para estudiar y/o trabajar
- Aumenta la creatividad, la comunicación y las habilidades cognitivas al mejorar la integración de los hemisferios derecho e izquierdo del cerebro
- Desarrolla el estado de conciencia a través del progresivo autoconocimiento
- Aumenta el nivel energético, aporta vitalidad física, anímica, revitaliza orgánicamente y rejuvenece todo el organismo
- Libera progresivamente las emociones reprimidas, armonizándolas
- Aumenta la energía vital de los órganos favoreciendo la auto curación del cuerpo, activando las defensas propias
- Estimula el sistema inmunológico
- Acelera los procesos de cicatrización del cuerpo
Si te interesa profundizar más sobre cómo la energía puede equilibrarnos y disolver bloqueos en nuestros Chakras, quizás te interese este articulo.
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Imagen destacada: Pixabay.com
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© Autor: Vittoria Veri Doldo ~ Terapeuta y Coach de Salud
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Resumen y preguntas frecuentes
El Reiki es una técnica de sanación natural y crecimiento personal que consiste en canalizar la Energía Vital Universal a través de las manos hacia uno mismo o hacia otros seres vivos. Su propósito es armonizar el cuerpo, la mente y las emociones, favoreciendo el equilibrio energético y el bienestar general.
No. El practicante de Reiki no transmite su propia energía, sino que actúa como canal para que la energía universal fluya a través de él. De esta forma, la persona que recibe Reiki activa su propia capacidad natural de sanación y equilibrio.
Entre sus efectos más destacados se encuentran la reducción del estrés, la disminución del dolor físico y emocional, el aumento de la claridad mental, la estimulación del sistema inmunológico, la liberación de emociones reprimidas y la revitalización del organismo. También contribuye al crecimiento espiritual y al autoconocimiento.
Aunque se dice que antiguas civilizaciones como la Atlántida conocían prácticas similares, el Reiki moderno fue redescubierto en Japón en 1920 por Mikao Usui, un docente universitario. Desde entonces, su enseñanza se ha transmitido por generaciones y se practica en todo el mundo.
El Reiki restaura los equilibrios perdidos liberando bloqueos energéticos que interfieren con el flujo natural de la energía vital. Al armonizar los centros energéticos (chakras), el cuerpo puede activar sus propios mecanismos de autocuración, mientras la mente y las emociones recuperan calma, claridad y serenidad.